74�SEPTIEMBRE / OCTUBRE 2025�ABASTO.COM INDUSTRIA ALIMENTOS 74�SEPTIEMBRE / OCTUBRE 2025�ABASTO.COM INDUSTRIA ALIMENTOS Por: Ana María Triana, fundadora de AnaBella Dried Food - Life Coach & Con- ferencista en Salud Mental y Bienestar. C elebrando el Mes de la Herencia Hispana, quise resaltar el auge de una categoría de productos, que además de ser muy sabrosa, está experimentando un crecimiento sos- tenido en el mercado norteamericano. Es algo que me llena de emoción y or- gullo, por traer a la mesa sabores y aro- mas que hoy podemos disfrutar. Para millones de hispanos que hoy vi- vimos en Estados Unidos, la panadería congelada se ha convertido en un puen- te entre el presente y nuestras raíces. Es mucho más que una opción prác- tica: los productos de panadería con- gelados nos reconectan con la infan- cia, con la calidez de lo hecho en casa y con recetas que combinan lo dulce y lo salado, una magia que solo nuestras culturas saben lograr. Deliciosa oferta repleta de sabor En el mercado de panadería congelada, los productos se agrupan principalmen- te en tres grandes categorías: masas cru- das congeladas, productos pre hornea- dos y productos listos para el consumo. Las masas crudas congeladas incluyen formulaciones básicas o enriquecidas (como masa de hojaldre, masa para em- panadas o masa de pan dulce), que re- quieren ser descongeladas, fermentadas y horneadas antes de su consumo. Los productos pre horneados, por su parte, han pasado por un proceso de cocción parcial y solo requieren calenta- miento fnal, facilitando su preparación. Los productos listos para el consumo son aquellos que no requieren ningún tipo de cocción adicional y pueden ser consu- midos directamente después de su des- congelación o calentamiento breve, man- teniendo textura, sabor y calidad gracias a técnicas avanzadas de conservación. Entre los productos con sello his- pano que se pueden encontrar en las grandes superfcies, supermercados y tiendas de conveniencia, se desta- can los buñuelos, las almojábanas y el pandebono; así como las empanadas saladas, preparadas según la receta tradicional de cada país, colombianas, chilenas, venezolanas o argentinas. También están los panes típicos, como el pan cubano y diversas variedades origi- narias de Puerto Rico. Además las arepas de maíz blanco y amarillo, la panadería elaborada con masa de hojaldre, como los palitos de queso y los tradicionales teque- ños venezolanos, entre otros. Una categoría en expansión En los últimos años, la categoría de productos de panadería congelada ha ganado espacio y notoriedad en el mercado estadounidense, impulsada por la creciente demanda de consumi- dores latinos que buscan practicidad sin renunciar al sabor auténtico. El avance de las tecnologías de con- servación y la innovación en empaques también han permitido que productos tradicionales mantengan su textura, frescura y esencia hasta llegar al horno de cada hogar. En la actualidad, los hogares his- panos representan casi el 20 % de la población de EE. UU. y según infor- mación publicada por Latino Donor Collaborative, cuentan con un poder adquisitivo de 4 billones de dólares. Más del 58 % afrma que su herencia cultural infuye fuertemente en sus de- cisiones de compra. Según datos de 2023, el mercado global de panadería congelada superó los $45,800 millones, y se espera que crezca a una tasa anual compuesta del 6.5 % entre 2024 y 2032. Memorias y orgullo hispano Detrás de nuestra panadería hay sabo- res y aromas que no se olvidan, como el de una empanada recién horneada, el de un pan de guayaba con queso, o de una almojábana. Para millones de hispanos en Esta- dos Unidos, la panadería congelada se convierte en un puente entre el pre- sente y nuestras raíces y una forma de reconectar con la magia de una masa que cruza los mares y guarda en esen- cia nuestra identidad. LA PANADERÍA CONGELADA SE DESTACA CON SU SELLO HISPANO
